Terca, dolorosa, vestida con adioses
me rindo ante este
junio azulado,
mientras, se tiñe esta noche de melodías de antaño.
No sé qué se está gestando en mi pecho,
se revuelve dentro, choca con la vida,
me recuerda que estoy perdiendo.
Primero de junio, vivaz, azulado
al son de este sol de invierno
rugen las calles como en mi garganta
ruge este “te quiero, te quiero, te quiero” inmenso,
calor de hoguera, color de incendio.
En el centro de mi pecho arde todo,
excepto la sombra en
que me amparo
para no apagar el fuego, no quiero que se extinga
en mi garganta este grito, salvajismo de mi sentir y amar.
Corre el viento, diez treinta de esta noche
en que muero y vivo, vivo y escribo y muero.
Me visto de adioses, al igual que junio
me voy despidiendo de este otoño
que habita en mi regazo.
Crecen amapolas en mi pecho.
No alcanzan los verbos para expresar
todas las formas en que te amo.
todas las formas en que te amo.
Crecen amapolas en mi pecho.Te las regalo, abrázalas fuerte.
Y que sea eterno
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