Has regresado, negrura sin humor.
Ha regresado la infanta con su máscara
y sólo una posibilidad de expresión
...
Me ahogo entre tus corceles de lata,
tu juego infantil me corta la vida y
el alma en dos:
El antes y el después de mi caída
a tu reino de lúgubre impunidad
(nunca nadie te condenará).
Nueva noche, nueva oscuridad plasmando
la palabra,
la ausente que se esconde en esos espacios
vacíos entre dicho y dicho.