lunes, 19 de octubre de 2009

Lugares Perfectos, Cosas Perfectas






Una cadena o una cadera. Un fébril contorneo de ellas manipula la senda que traza tu lengua...

El puente que debemos cruzar.

El extranjero abriendo brechas o labios rosa o colinas sepia. Estrangula adentro la voz salada y secreta, la palabra secreta, el comienzo del tacto....

Extradición de la pena angular.

Reclamo de piernas o rumor ácido que aloja náufragos. Noches tranzando vínculos con sombras, estrecho deseo que flagela lejanías, letanías de lo fantasmal....

Faltabas tú.

La impúdica sangrienta se desvanece en tus brazos, en tus abrazos, en tus columnas y calumnias, en el fuego de tus labios, entre aullidos espantados de loba en celo y ocaso...

Estoy...

... en tus manos...

... que traspasan humedades...

Mientras me quemo en el paraíso que forjan tus besos.

jueves, 15 de octubre de 2009

Del Silencio III


No me atrevo a tocar el papel, a hablar de mí tan de mi blanca desnudez. No me atrevo a escudriñar en esos rincones habitados por telarañas rojas y negras, a meter en mi boca sus dos lenguas venenosas. No me atrevo a acercar y cercar a esa pequeñita amada, la sangrienta impúdica susurrando en mi espalda.

No me atrevo, corazón, a regalarte mi caja de música con su bailarina muerta en la melodía de su danza-grito ancestral...

(aullidos de loba...)

No!


Un cuadro de Chagall

martes, 6 de octubre de 2009

Poemas Malditos



"Voy a leer poemas que les dirán la clase de poeta que soy, el tipo de mujer que soy, así que si no les gusta, pueden salirse..." (Anne Sexton)



I
Completar el silencio
y conmover la dolorosa aventura
de adentrarse en esta oscuridad delirante
que es mi figura en el espejo de tu cuerpo.


II
Decir que el amor, que la vida
Que el que no dice amor, no dice vida.
Decir sin decir que este silencio
Me llevó (me lleva) dejándome
El secreto de su desnudez
Como premio de consuelo
Para no decir el amor ni la vida.


III
Vuelo a la vidasola,
vuelo hacia ese paisaje
encuadrado en tu rostro de ausente,
rostro plasmado con humedades
de purísimas ausencias
(tuyas, todas tuyas).
Vuelo
(vuelvo)
a las ceremonias que rasgan
todos los fuegos,
a mi destino dos de silente,
de adentro tan adentro
que no llego a alcanzarme
y salvarme.


IV
¿Por qué no te llevas el silencio,
esa rareza que me da tu abrigo frío?

Porque vuelas el mundo
con las alas tan abiertas
y los ojos tan cerrados
que no ves el mundo
ni la chispa de luz
que se asoma en medio
de esta noche primaveral.

¿Por qué no me ves abrazada a la luna
ocultándome de tu sol?



V
Saberse un pájaro o un anciano.
Comerse las uñas del espanto.
Abrazar a la muñeca imposible
que duerme al lado.
Soñarse en el vuelo exiliado.
Derretirse bajo la lluvia.
Deformarse con la música.
Sacarse el alma y colgarla de un hilo.
Ofrendarla frente a tu ventana.

Esperar a que despiertes
y descubras en medio del paisaje
la ardiente caída
del pájaro ciego
entregándose a la sumisión de tus manos.




VI
Sino inhóspito
(este)
Indiscutible
Inalbergable
Cosmos
Me entrego a tu vacío
Al saberme tan tuya
Oh tiempo
Oh destino.


VII
Te pertenezco
Estrella mía.
Me perteneces.


VIII
Escucho tu nombre,
esa indisolubilida de sonidos.
Maldita danza es tu nombre
en mi oído.
Espero algún hechizo,
una pócima certera,
al menos,
con la cual esquizoidearme,
partirme
y olvidarte.

(Sacados de una cajita oscura y satírica llena de golosinas para mi mal)


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