
Existo en el verso.
Soy lo que soy en el espejo
de mi mirada escrita
en donde me muestro totalmente frágil
y desnuda de pieles y máscaras.
Dejé de desear.
Ya no quiero,
ya no quiero mariposas ni alas,
ni mareas ni fuegos que se apagan.
Yo volaba entre los cerezos.
Yo era paloma.
Libre.
Inconsciente de la vida.
Corriente de río inusitada.
Yo era el pájaro en la torre:
Alejandra,
Nerudiana,
Luna amarrada al ombligo de tu estancia.
No hay revelaciones,
no hay sueños que destinen nombre
a lo que no existe.
La desnudez se ajusta a la piel de los enigmas
y los deseos son melodías
en la garganta de las palabras.
Imagen: Internet
Alejandra, Nerudiana.... que grata sorpresa encontrar este lugar... intuyo horas de insomnio y de amnsesis poetica...
ResponderEliminarHermoso... simplemente hermoso....
Besos Lilya
Reafirmación en la poesía...
ResponderEliminarBesitos varios.
Sin palabras...
ResponderEliminarMis felicitaciones...