Era el día cero de la dictadura
junto a una serenata olvidada de Schubert.
Incesante campaneo, caracolas en tu pupila de hielo.
Eran tus pies huella imborrable en la arena,
un deseo caducado, recuerdos arcaicos de tu luna más llena.
No estabas al fin, ni al camino.
No estabas a mano.
No estabas y eras una serpiente devorándose
desde la cola.
Veía tus destrozos,
múltiples lenguajes (esas formas deshabitadas)
vomitados a los pies de tu existencia.
Estabas.
con tu sombra desalojada.
Tu sonrisa perpetua.
Estaba
la simplicidad de tu silencio,
la agudeza de tu risa.
Estabas
para contar los cuentos de mañana,
y ajustarme las entrañas.
Estaba tu vida, tu pecho
dolor ardiente.
Estaba
tu boca de hierro diciendo: estoy, porque nunca me he ido,
(¿cuando habías llegado?).
Decían: es el día cero, cuando las ausencias se devoran las palabras.
Y se acaba la poesía.
A muchos les resulta complicado engranar unos versos con métrica exacta y rima certera... Yo digo que estos versos son lo más difícil de hacer, con esa libertad y esa desfachatez tan hermosas, con esa armonía rítmica que viene del centro (de la esencia, digo) de la poesía misma.
ResponderEliminarAhora entrando al contenido, qué decir. Brillante en su ejecución y en su fin último. Hermoso como debe ser el arte. Preciso, como indica el uso adecuado (la elección, qué va) de las palabras.
Unos versos, en suma, para no olvidar.
Un fuerte abrazo,
Kutxi.
wowwwwwww que fuerza esos versos! que espiritu!! radiantes!!! te aplaudo!!
ResponderEliminarmis besos!
generosa eres al permitirnos leer esto tan brillante!!!
ResponderEliminarbesotes!!!
Belleza.. Admiro tus formas en las letras, cada vez q te leo es como ver bailar un grupo de ballet. Suave, fino, acompasado, bello...
ResponderEliminarMe encantó
Beso grande!
Admiro la forma en que logras conjugar la perfección de la forma de escribir y la esencia de lo que encierran tus textos. ¡¡¡Hechura precisa e intención que trastoca!!!
ResponderEliminarSaludos.