Una palabra tras otra
palabra,
una mirada tras otra mirada.
una mirada tras otra mirada.
Ahí estoy yo.
Resuenan en mí los latigazos del tiempo,
recorro mi pasado de lunas rojas,
bluseras, rotas.
Aquella soy yo.
Mañana deforme e
inexistente.
No llego, me quedo. Estoy.
No llego, me quedo. Estoy.
Se repite la fórmula, la mujer de ojos vendados
y espadas cruzadas sobre el
pecho inmaculado.
Se repite también mi arcana realidad:
Apresar la caricatura que las palabras
están haciendo de mi misma.
Se repite también mi arcana realidad:
Apresar la caricatura que las palabras
están haciendo de mi misma.
Me caso con el silencio,
me caso con mi verso
en una ceremonia
de vuelos con alas rotas,
de vuelos con alas rotas,
donde se deslizan deseos
haciendose uno con el viento
haciendose uno con el viento
y la verdad es transparencia
real-irreal.
No llega muy alto nuestro
amor
pero me beso, me beso, me beso,
cual mariposa famélica de ternura
hacia aquella que está conmigo y frente a mí.
pero me beso, me beso, me beso,
cual mariposa famélica de ternura
hacia aquella que está conmigo y frente a mí.
Conmigo voy.
A instalarme en mi pose de reina de oros,
a destaparme la mirada,
a recorrer la vida con
manos libres
y palabra suelta.
A desatar las espadas
y herirme en esta batalla
sin miedo ni resignación...
Es allí hacia donde voy.
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