jueves, 10 de enero de 2013

Para un antiguo y nuevo Amor



Del diario íntimo de Gabriela Mistral


IX

"Aquí quedó la tarde en que fui amada, las luces y las sombras de esa tarde, y su aire tembloroso de angelus. Perdura el árbol bajo el cual me miraste y el gajo de la rama bajo la cual fue el beso. Aquí quedó una tarde del Señor. Todavía más de él porque miró el amor cumplirse. Las tardes que vengan serán otras, tendrán otro modo de resplandor y de muerte. La que viene será de otros y no nuestra nunca más. Por una mano, esta tarde no moriré del todo, se prolongará aunque escondió tras la sierra la sien ensangrentada. Con toda su dulzura de gota de miel, el crepúsculo se posó en el pequeño lienzo, con los surcos ya en sombras y con el temblor de nuestros pulsos. Tu amor se quedó aquí por misericordia hacia mi corazón que defendió de la muerte."

VI

"Amo, amo, amo. Es decir, tengo hecha miel la sangre, hechos música los suspiros. Es la segunda vez que Dios pasa esa puerta. La primera fue cuando nací, y ahora que, por el amor, vuelvo a ser nueva como el  recién nacido. Si los hombres supieran, se detendrían a mi puerta por recoger el prodigio en una sola de mis miradas. Y si lo supieran las mujeres, traerían a sus hijos pequeños para que yo los toque con esta mano trémula del temblor de mi corazón."

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