De repente, la ciudad tras mi ventana se oscurece
y caen los últimos rayos de luz sobre mi balcón.
El cielo gris amenaza con caerse
como fruta madura
y pudrirse sobre el asfalto quebradizo
de esta nueva fachada oscura.
El bocinazo de los autos,
la serenata de ambulancias
irónicamente, me traen la poesía
únicamente inspirada
en que puedo pensarte
y porque ya no dueles como antes,
y me dejas ser sentido
oído,
tacto,
musgo,
humedal de recelos con sabores.
La pierna rota
que me impide avanzar al siguiente
candidato,
mi propia dictadura, el toque de queda
autoimpuesto por la rebeldía
de este amormalamor.
La ciudad se oscurece
o mis ojos se oscurecen
como tu imagen ahí .
en este corazón que cierra sus puertas
sólo por hoy,
en que puede sentirse libre
antes de que el cielo se caiga
a pedacitos
y se pudra ante mis ojos
tras la ventana del olvido.
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